C/ Unión,5. 28013 Madrid
Tlf. 915 472 500
Valoración global: 4
Calidad/Precio: 4
Servicio: 5
Localización: 8
Local: 4
Precio medio: 31 €/persona (con descuento de el tenedor)
De nuevo recurrimos a la página de el tenedor para elegir alguna de sus ofertas y por supuesto también dejarnos llevar por las criticas de otros usuarios que casi siempre nos dan muy buen resultado.
Elegimos para cenar el restaurante La Platea. Está muy próximo a otro restaurante que estuvimos no hace muchas semanas y que nos encantó, El Abrazo de Vergara.
El restaurante La Platea, está en una de las zonas mas emblemáticas de Madrid, situado entre el Palacio Real y el Teatro Real. Para llegar hasta allí en coche, es bastante complicado y fatal a la hora de conseguir aparcamiento. Si vas en coche casi con seguridad lo tendrás que dejar en algún parking. Tienes uno en la plaza de Oriente. Para llegar en transporte público, la parada de metro de Ópera te dejará muy cerca.
Elegimos para cenar el restaurante La Platea. Está muy próximo a otro restaurante que estuvimos no hace muchas semanas y que nos encantó, El Abrazo de Vergara.
El restaurante La Platea, está en una de las zonas mas emblemáticas de Madrid, situado entre el Palacio Real y el Teatro Real. Para llegar hasta allí en coche, es bastante complicado y fatal a la hora de conseguir aparcamiento. Si vas en coche casi con seguridad lo tendrás que dejar en algún parking. Tienes uno en la plaza de Oriente. Para llegar en transporte público, la parada de metro de Ópera te dejará muy cerca.
El local es muy pequeño. Nada mas entrar te encuentras con una pequeña barra y a la derecha está la sala del restaurante. Es una sala pequeña, incluso nos pareció más reducida de lo habitual, ya que había una cena navideña de unas 14 personas que ocupaban toda la parte central de la sala. Nos situaron junto a una ventana en un espacio tan reducido que casi no cabíamos a la hora de sentarnos y tampoco podemos decir que seamos muy horondos.
El servicio aunque muy amables, no fue correcto del todo ya que les comentamos el orden en el que queríamos los platos, pues algunos eran para compartir y los fueron sacando con prisas y en desorden. Los platos para compartir casi no cabían en la mesa, por lo que fue bastante incomodo a la hora de encajarlos en una mesa tan pequeña.
Supusimos que tenían prisa por despacharnos por el grupo que después les venía y por eso no lo hicieron del todo bien.
El servicio aunque muy amables, no fue correcto del todo ya que les comentamos el orden en el que queríamos los platos, pues algunos eran para compartir y los fueron sacando con prisas y en desorden. Los platos para compartir casi no cabían en la mesa, por lo que fue bastante incomodo a la hora de encajarlos en una mesa tan pequeña.
Supusimos que tenían prisa por despacharnos por el grupo que después les venía y por eso no lo hicieron del todo bien.
De primero elegimos un crujiente de berenjenas con miel de caña y un tartar de vieras con aguacates y vinagreta de frutos secos. Estos dos fueron los platos que más nos gustaron y además con mucha diferencia. A pesar de que fueron los que mas nos gustaron, no los calificaríamos como exquisitos. En el tartar de vieras con aguacates se echaban en falta algo más de vieras y no tanto aguacate, ya que que no sabías muy bien si lo que realmente estabas comiendo era guacamole.
Como platos principales pedimos Secreto Ibérico a la parrilla con patatas al horno y helado de mostaza antigua (todo un atrevimiento) y dados de atún rojo en dos cocciones con sésamo y salsa teriyaki. El atún muy malo, totalmente pasado y nada fresco, le damos un suspenso claro. El secreto ibérico, exceso de grasa totalmente, no había forma de encontrar la carne y lo del helado de mostaza antigua un atrevimiento que no me gustó y que no combinaba para nada en el plato.
De postre pedimos el pastel de chocolate con nueces y crema helada de vainilla, bastante normalito.
La verdad que fue una gran decepción este restaurante, ya que las críticas que leímos en el tenedor eran bastante buenas. No sabemos si fue la prisa que tenían por despacharnos y centrarse en la cena del grupo que había esa noche o que pasó, pero la realidad fue que ninguno de los platos estaban buenos.
Por nuestra experiencia, no recomendaría este restaurante o mejor dicho, nosotros no repetiremos. Queremos creer que suele gustar y suelen estar muy ricos los platos, pero el día que fuimos nosotros dejaban mucho que desear.
Otra nota negativa es que en la puerta indican que admiten cheques restaurante y a la hora de pagar nos dijeron que no los admitían porque entre el descuento de la pagina de el tenedor y lo que les quitan de los cheques restaurante, se les queda en nada. Que los admiten para menús del día y cosas así... (la verdad que esto ya no solía pasar en Madrid, pero parece que en tiempos de crisis algunos restaurantes lo aplican). Preferimos no insistir y entrar en una discusión, pero sabemos que están obligados a admitirlos cualquier día de la semana y a cualquier hora.
La Platea si, pero del teatro.
Si lo visitas o lo has visitado y coincides o no con nuestras críticas escríbenos un comentario.